Después de un sinfín de interrogantes que generó el proceso electoral de Estados Unidos en Argentina y el resto de los países de la región, la victoria conseguida por Donald Trump puso claridad y abrió un nuevo escenario para distintas administraciones. En nuestro país, la gestión libertaria de Javier Milei se muestra esperanzada de poder fortalecer los lazos con la potencia mundial.

El perfil económico y comercial del electo presidente republicano, es uno de los aspectos que más incertidumbre despierta. El Ejecutivo y el mercado apuestan a que el triunfo de Trump impulse la llegada de fondos frescos, en miras a la eliminación del cepo y con abultados vencimientos de deuda en 2025; y genere una postura más flexible por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), donde el país del norte ocupa una silla clave.

Consultado por este tema, Bernabé Salas Arón, economista y coordinador de Políticas Públicas de la Fundación Federalismo y Libertad, aseguró que para la economía argentina el resultado de las urnas norteamericanas debe interpretarse de forma “positiva” porque representa un “alineamiento” y una “alianza importante entre gobiernos”. “De todas maneras debemos esperar porque cualquier decisión que tome Estados Unidos puede repercutir en nosotros y no siempre de forma positiva”, consideró.

Para el especialista, el resultado de la contienda electoral no generará cambios en el programa económico de Javier Milei, aunque advirtió que las decisiones que tome Trump a partir del próximo 20 de enero del 2025 -fecha en la que asumirá después de ser proclamado por el Colegio Electoral- sí pueden influir en el programa económico del gobierno argentino. En relación a esto, el recientemente publicado Informe de Coyuntura de la Fundación Federalismo y Libertad destaca que los anuncios de Trump en materia de aranceles podrían marcar un “antes y un después para ciertos sectores exportadores de la Argentina”. 

“En particular, el próximo mandatario ha prometido un aumento universal del 10% en todos los aranceles norteamericanos, sumado a un incremento del 60% en aquellos que afectan a productos chinos”, indica el documento. Y detalla: “Argentina, por su parte, exporta principalmente productos primarios y derivados del sector agropecuario. Aunque las exportaciones hacia Estados Unidos han mostrado una tendencia de crecimiento, especialmente entre 2021 y 2023, algunos de estos sectores clave han registrado caídas en el valor exportado, ya sea por una disminución en los volúmenes o por una baja en los precios. En este contexto, un incremento arancelario del 10% o más podría representar una carga considerable en el precio final, difícil de absorber para los productores nacionales, sobre todo si se implementa de manera abrupta”.

Ante esto, Salas Arón se refirió a la posibilidad de que la presencia de Trump en la Casa Blanca puede llegar a estimular el levantamiento del cepo cambiario por parte de la administración Milei. “Estados Unidos nunca prestó plata con benevolencia. Yo creo que si el gobierno argentino desea levantar el cepo hoy puede hacerlo. Los dólares están, el Banco Central está comprando permanentemente, las reservas están arriba de 30.000 millones, el blanqueo trajo muchos dólares frescos y los fondos que lleguen desde Estados Unidos te pueden dar mayor margen”, dijo. Y subrayó: “El cepo no se va a ir ahora, porque a pesar de que Milei pueda destrabar algunos fondos mediante el FMI, con el apalancamiento del gobierno norteamericano, le juega a favor, que Trump realice una suba en las tasas de interés de la Reserva Federal. Si levantamos el cepo y Trump sube tasas, los dólares vuelven a Estados Unidos”.

En relación a la manera en la que los mercados emergentes deben interpretar la victoria del magnate estadounidense, el economista reconoció a LA GACETA que para estos mercados puede ser, en parte, una mala noticia teniendo en cuenta que ya se vio años atrás como Argentina tuvo que solicitar con insistencia que Estados Unidos libere restricciones a las importaciones. “Existe una alianza, en ciertos puntos, estratégica entre ambos países por el litio y otros recursos por lo cual para Estados Unidos es importante tener a la Argentina de aliada junto a Brasil porque ambas naciones constituyen ejes importantísimos de la guerra comercial que mantienen con China. Desde ese lado creo que se abren oportunidades. Pero, teniendo en cuenta las políticas que Trump quiere impulsar, yo no veo que eso sea muy prometedor para sectores como el de la industria tucumana, que aún conserva una visión muy agropecuaria”, explicó.

Expectativas vs realidad

Para la licenciada en Ciencias Políticas Solana Ledesma, el futuro panorama de vinculaciones entre ambas naciones puede resultar alentador, pero tampoco hay que dejarse desbordar por las expectativas. “Se ve alineamiento político entre nuestro presidente y el presidente electo Trump lo que podría llegar a ser beneficioso ya que los dos son considerados como outsiders ultraconservadores”, dijo.

En términos de negociación con el FMI, “si bien mucha gente dice que abre la posibilidad de un apoyo del gobierno estadounidense en la renegociación, hay especialistas que difieren si efectivamente se va a dar ese apoyo o no. Algunos dicen que puede facilitar el acuerdo, pero que de pronto no va a garantizar que haya resultados inmediatos o mejores condiciones en esa renegociación. Y otros dicen que el Fondo Monetario va a actuar con independencia de la postura en definitiva de Trump. Entonces, bueno, como que en realidad, efectos sobre esa negociación, por ejemplo, diría que hay opiniones distintas. Algunos dicen que puede ser que nos beneficie, otros dicen que realmente puede que no”.

En términos de comercio internacional, la politóloga sostuvo que Argentina viene haciendo una campaña de reestructuración de la estructura estatal, de mucha apertura hacia el exterior y ante este contexto “la política de Trump, en su primera gestión, fue exactamente lo contrario, fue muy proteccionista”. “De hecho en ese tiempo se tomaron medidas que afectaron a lo que es el acero y el aluminio argentino. O sea, de pronto está la posibilidad de que se repitan ese tipo de políticas bajo un nuevo gobierno más proteccionista y no de apertura”, consideró.

Observando el plano internacional, la especialista sostuvo también que más allá de las proyecciones que pueden hacerse sobre posibles alianzas claves, el gobierno argentino no puede darse el lujo de cerrar ciertos vínculos por el alineamiento con Estados Unidos. “Milei viene regulando mucho su discurso respecto a China. Es un socio comercial muy importante para el país. Todavía no hay seguridades sobre cuál será la reacción estadounidense, por lo cual la política tiene que ser un poco más flexible”, explicó.

Finalmente, Ledesma se refirió a la excesiva expectativa que se está depositando sobre el impacto económico de este resultado electoral en nuestro país. “Puede ser positivo en términos de renegociación de deuda, de mejores inversiones y créditos, pero yo considero creo que eso va a estar más ligado a si el país se estabiliza y genera confianza o no, a la llegada de Trump al gobierno estadounidense. Por esto no estoy tan segura si necesariamente va a ser beneficioso económicamente. Sí, creo que políticamente nos da como otra capacidad para negociar o pararnos dentro de los organismos internacionales o diplomáticamente posicionarnos y contar con apoyo de una potencia”.